Etiquetada como la "primera comedia musical belga" (la película respeta los códigos del género alternando números bailados y cantados, historias de amores imposibles y momentos dramáticos a pedir de boca), Brabançonne aspira también a ser la primera película "50% flamenca, 50% valona, y 100% belga". Para resolver la ecuación sobre la que reposa el proyecto, Bal se presta al juego de los clichés comunitarios y apela a la memoria afectiva y colectiva de los pueblos belgas desgranando de plano en plano grandes éxitos de la canción popular belga, desde Lio hasta Louis Neefs, que participó en Eurovisión en 1967. En cuanto a la historia, Brabançonne escenifica dos fanfarrias, una valona y otra flamenca, que compiten en la final belga de un concurso europeo en el que se disputan los talentos y los corazones. |